Hoy en día somos muchas las universitarias que poseemos un automóvil, esta situación nos privilegia en varios sentidos como por ejemplo otorgarnos mayor seguridad debido a que podemos evitar ciertos riesgos, lo que no significa que no estemos propensas a que algo nos pueda suceder, por otra parte podemos utilizar y distribuir mejor nuestros tiempos para desplazarnos a nuestro lugar de estudio o también a encuentros con nuestros amigos. Si bien todos los avances de las sociedades y generaciones conllevan a nuevas tendencias y conductas, en este caso puntual también podemos encontrar aspectos negativos.
Las generaciones anteriores a la nuestra no acostumbraban a “permitir” que una mujer pudiese conducir, esta situación era mal vista no obstante las que se atrevían a hacerlo se arriesgaban a poner en duda femineidad frente a la sociedad. Los tiempos han cambiado, hoy la mujer busca su independencia, su autosuficiencia y no le importa como la consideren. Sabemos que tenemos las mismas condiciones que los hombres, independiente de que se nos considere como “torpes” o malas al volante tenemos las herramientas y tecnología suficiente para poder sortear los problemas que se nos presenten.
Esta situación de independencia de la mujer pudiese generar un rechazo por parte de los hombres, los cuales están acostumbrados y traen consigo una conducta histórica de machismo, lo lógico para ellos pudiese ser que son los indicados para conducir, ya sea por sus características físicas como la fuerza o también porque la mujer en otros tiempos era la encargada solo de las labores del hogar, si una mujer conducía era porque pertenecía a un grupo económico alto y se podía dar el lujo de tener un automóvil. Hoy la situación es muy diferente, los precios de los autos están al alcance de las personas que pertenecen a la clase media y esto conlleva a que estudiantes universitarias como nosotras puedan obtenerlo.
Chicas, no faltará aquel hombre que esté dispuesto a ceder sus prejuicios y aceptar que las sociedades avanzan y con ella las mujeres. Nosotras, las autosuficientes “la llevamos”, son los hombres quienes tienen que adecuarse
¿no?
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